Un abrazo fuerte y afectuoso de saludo.
Nos honra y agradecemos tu atención y cariño.
Te pedimos que leas este texto desde tu corazón, ese espacio sensible, intuitivo y profundo en ti que hace eco a la razón, pues la incluye y ve más allá de esta: la trasciende.
Bienvenido un giro más en este magical mistery tour que la granDiosa vida nos regala. Esperamos que tú y todos podamos en este 2023 gozar de más verdad, más belleza, más bondad.
A nosotros nos alegra poder acompañarnos en este despertar espiritual, aún en medio de tan incierto y azaroso mundo tridimensional que, desbocado, juega a la ruleta rusa, ahora sí abocado a una rauda y urgida toma de consciencia de tan enorme poder de crear que como seres divinos somos y nos corresponde. En nuestras manos, las de cada quien, está nuestro destino, el de cada uno y el de todos como sociedad. Dicho con más propiedad, la magia está en nuestro saber y en las creencias más profundas que atesoramos. Mejor, hemos de andar caminos con coRazón.
Si bien todos queremos amar y ser amados, y buscamos gozar, no sufrir, cierto es que vivimos y nos representamos ante los demás según creemos conveniente. Incluso quien al (dejar de) decir o hacer algo parece buscar dolor, encuentra allí alguna satisfacción. Eso quiere decir que, en general, operamos desde el deseo. Ojo con lo que piensas y/o quieres, pues la vida replica: «Así como TÚ quieres (crees), YO quiero (creo)», intentando plasmar y manifestar en este mundo tridimensional nuestra energía e información.
Suele haber una razón biográfica y también de beneficio por la cual hacemos lo que hacemos. Si ante cada investigación específica de sí mismo el psicoanálisis pregunta ¿Por qué? (causa biográfica), y el humanismo averigua ¿Para qué? (beneficio y motivo lógico), la psicoterapia transpersonal discierne ambas y añade: ¿Desde qué aspecto y lugar en ti? (ecología arquetipal).
Cada uno de nosotros conlleva en su mundo interior un enorme ecosistema vital de muchas fuerzas y pulsiones encontradas que van más allá del individuo. Es posible aprehender y diferenciar su riqueza. Incluso, para nuestro deleite y maravilla, podemos aprender a reconciliar y amistar las tensiones implicadas, todo en virtud de ganar, no control, sino confianza y libertad, no ideología sino fluidez. Y llevar a cabo ese proceso nos va informando de que, más que individuos separados, somos fractales en la trama de la granDiosa vida, gotas de un océano divino.
Jardinear el alma y nuestra vida nos exige reconocer y repasar la historia personal y familiar, incluido lo sufrido y lo gozado, la sexualidad, afectos y abundancia, etcétera; así como los motivos y beneficios (a veces oscuros) de nuestras ideas, costumbres y actos. Exige saber esas fuentes en nosotros desde donde brotan conductas y actitudes. Cada uno de esos detalles ha sembrado y siembra ecos en el ecosistema del alma, que, de unas u otras formas, obvias o sorprendentes, conviene apropiar para dejar de enajenarnos y de alimentar la ignorante víctima ancestral (¡!) que cargamos por herencia y que suele proyectar afuera al otro, al oponente, a lo divino, a la vida misma. Bucear y jardinear el alma da paso a una apropiación (serse dueño) que potencia aspectos emergentes de la vida que aspira a florecer por medio nuestro.
A menudo nos arrincona algún dolor o nos paraliza un miedo, y quizás nuestra mejor salida sea beber la copa de la humildad, con suavidad. Si bien somos esclavos de ideas y de emociones que nos limitan y que nosotros mismos, dándonos o no cuenta de ello, hemos cultivado y puesto allí, aun si después olvidamos su origen, incluso entonces está a nuestro alcance darse y donarse (perdonarse) limpiar el corazón. No logramos huir de las que han sido nuestras propias elecciones ni de las consecuencias de cada una de ellas, que nos siguen como la sombra sigue a su cuerpo. Hemos de creer e informar (dar forma) otras ideas, otras imágenes, otra energía si queremos generar y manifestar mejor magia en esta vida.
Como dice el budismo, El Buda está en cada abrir y cerrar de ojos.
Nada significa nada. Todo tiene el significado que yo le dé (Un Curso de Milagros).
Así que podemos aceptar el dolor en cualquier forma que se nos presente (tristeza, rabia, vergüenza…) y exhalar la sensación de estar en paz, de estar en paz acá, en paz ahora. Nuestra paz interior está a un pensamiento de distancia. Y la que es nuestra maya, es a la vez nuestra magia: ahí radica nuestro poder, nuestra libertad.
Somos seres enormes, a menudo mendigando migajas, bajo la pesadilla de un dios (¿religión?) o de una realidad (¿ciencia?) exógena que se nos opone. Entonces, recordar y vivir nuestra innata capacidad divina de soñar, jugar y cocrear, en virtud de reconocer e ir perdonando eso en nosotros que nos limita, para cultivar algo más bello, divertido y liberador, como confiar en que la granDiosa vida nos apoya, nos sostiene y bendice, es el don original de ser magos al que estamos despertando.
Bienvenido 2023 jardineros del alma, año Conejo de agua que nos invita a ser suaves y fluidos ante las enormes presiones y cambios, internos y externos que se avecinan.
About The Author
Josemaría Bernal
Soy Josemaría Bernal. Estudié Filósofía con énfasis en religiones comparadas, y Psicólogía en Carolina del Norte. Realicé una Maestría en Psicoterapia Transpersonal en la Tibetana Universidad de Naropa, en Boulder, Colorado.